Hoy tenía ganas de comer una ensalada, pero una ensalada completa. Entonces pensé en lo que mis abuelos preparaban cuando yo era pequeña, y que se llama "ensalada oriental". Claro que no es como la hacían ellos (no recuerdo muy muy bien todos los ingredientes que usaban) así que algunas cosas las he añadido yo simplemente porque me apetecía, y otras las he sustituido.
Se trata de una ensalada elaborada con patata cocida, huevo duro, cebolla (cruda), olivas negras y un ahumado que puede ser pescado ahumado o pollo ahumado (a lo mejor se hace tradicionalmente con otro tipo de ahumado también, pero no lo recuerdo). Hace años que no soy capaz de comer pescado ahumado, y el pollo no me va mucho el que compramos. Tampoco tenía muchas ganas de ir a comprar pastrami, que tiene que quedar muy rico, así que fui a lo fácil: pechuga de pollo (la típica del desayuno, como el jamón cocido). No recuerdo muy bien si este tipo de ensalada lleva lechuga, pero yo tengo dos en casa y no quiero que se pierdan las hojas así que opté por coger unas cuantas y echarlas.
Ingredientes:
- Patata cocida
- Zanahoria cocida
- Huevo duro
- Cebolla (me gusta más como sabe la roja, pero esta vez no tenía así que usé la blanca)
- Olivas negras (yo usé deshuesadas)
- Queso feta (comprad el queso de tiendas de alimentación húngaras, griegas, rumanas, etc. La calidad y el sabor distan mucho del 'queso feta' que nos vende Mercadona por ejemplo, además de que es mucho más barato)
- Hojas de lechuga
- Unas lonchas de pechuga de pollo
Una vez estén cocidas la patata y la zanahoria, se cortan en trozos (a mí me gustan los trozos más bien pequeños, así se coge un poco de todo). El huevo ya lo tenía cocido así que simplemente lo corté en trozos no muy grandes. Las hojas de lechuga eran más bien pequeñas así que las lavé y las rompí por la mitad. La cebolla la corté en juliana, en trozos un poco grandes para poder cogerla bien con el tenedor. Las lonchas de pechuga de pollo las corté en tiras y luego en 3 cachos porque si no, no se iban a mezclar muy bien. A todo ello se le añade el queso feta que se puede o cortar en dados o desmenuzar con los dedos, y luego unas cuantas olivas negras. Yo no añadí ni aceite ni sal ni nada, la zanahoria y la patata están saladas y el feta es un queso más bien salado, así que no le hace falta nada. Se puede añadir vinagre de módena y aceite de oliva al gusto. El resultado es un plato completo, y que se puede adaptar a todos los gustos.
He de decir que, como llegué a casa hambrienta, pensé en comer un segundo también. Tenía en el congelador unas croquetas de jamón congeladas del Mercadona que hice en el Airfryer de Philips, un freidora que funciona con aire caliente y que está muy bien. En poco tiempo estaban hechas las croquetas, pero son un auténtico asco: es como una especie de pan que si aprietas un poco separas la 'corteza' del ''''''relleno''''''. Y uso tantas comillas porque realmente era una especie de miga de pan un poco húmeda, y con motitas de jamón. La próxima vez que quiera croquetas, o me las hago o me aguanto, no he probado antes nada más asqueroso. Os dejo foto para que veáis qué 'buena' pinta tienen.
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